¿Y DESPUÉS QUÉ?
¿Y DESPUÉS QUÉ?
En estos momentos, todo el mundo estamos viviendo una situación nueva, extraña, cargada de incertidumbre y por qué no decirlo, para la gran mayoría, aterradora. Y es que, lo desconocido asusta. Asusta, incluso cuando vives situaciones buenas, pero que son nuevas y desconocidas, ¿cómo no nos va a asustar, cuando la situación es peligrosa y amenaza la vida del mundo entero?
Aceptación y confianza, dos palabras que probablemente hemos oído miles de veces y que ahora son las únicas, que te van a ayudar a bailar con esa incertidumbre en la que vivimos. Sí, así es, nos hemos instalado en la incertidumbre, ahora vivimos ahí. Y si queremos vivir estos momentos de la mejor manera posible, tendremos que aprender a aceptar la situación y a confiar en la vida. Esa, es la única manera en la que podremos avanzar por lo desconocido, sin pretender controlarlo todo, simplemente viviendo cada día como es, porque en estos momentos, y por mucho que lo intenten, nadie sabe qué pasará mañana.
¿Y después qué?
Esa, es la gran pregunta que todos nos hacemos en algún momento del día. Yo creo que después, se pueden dar dos situaciones:
A. Hemos aprovechado este tiempo para reflexionar, darnos cuenta de lo que funciona en nuestra vida y de lo que no, de lo que nos hace más feliz y de lo que no, de cómo realmente queremos que sea nuestra vida y de cómo realmente no… Entonces, nos hacemos responsables de vivir como sí queremos que sea nuestra vida y empezamos a introducir, esos cambios que necesitamos en nuestro día a día, para que todo funcione, para que todo sea realmente como hemos decidido que sea.
Salimos a nuestra hora del trabajo o incluso lo cambiamos, hacemos ejercicio, disponemos de tiempo para nuestra vida social, viajamos, leemos, bailamos, sonreímos, respiramos… Hacemos todas esas pequeñas cosas, que sí cambian y mejoran nuestra vida, todo aquello que en esos días de encierro, nos habíamos prometido que haríamos. Y de esta forma, nuestra vida sí ha cambiado y mejorado. Es entonces, cuando nos damos cuenta de que algo bueno aprendimos y logramos de esos días de incertidumbre y a veces, por qué no decirlo, de miedo.
B. Hemos aprovechado el tiempo para reflexionar, darnos cuenta de lo que funciona en nuestra vida y de lo que no, de lo que nos hace más feliz y de lo que no, de cómo realmente queremos que sea nuestra vida y de cómo realmente no… Entonces, nos despertamos, vamos corriendo al trabajo como siempre, sales a las tantas porque tu jefe/a, que no ha aprendido nada, quiere recuperar lo que cree que se ha perdido, no te da tiempo de hacer ejercicio, de bailar, de leer, de reír y de tiempo para nuestra vida social ¡ya ni hablamos! Vuelves a la vorágine de la que habías salido, pero esta vez incluso con más fuerza, no vaya a ser que alguien diga que no estás dispuesta/o a sacrificarte un poco por levantar el País, la Empresa o el Mundo…
Un Mundo, que no nos pide que le levantemos, sino que le mimemos, que le cuidemos, que seamos felices en él sin molestar, sin dañar, sin egoismos, sin sentirnos obligados a nada… Un Mundo, que lo único que nos pide, es que seas lo que has venido a ser aquí… ¡FELIZ!
¿Y tú? ¿Cuál de las dos situaciones quieres vivir después? ¿La A o la B?
Y recuerda… LA VIDA ES HOY
By Marta Pintado